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15 Poco después, el ángel del Señor llamó nuevamente a Abraham desde el cielo, 16 y le dijo:

―Ya que me obedeciste y no me negaste a tu único hijo, juro por mí mismo —lo digo yo, el Señor—, que 17 te bendeciré muchísimo. Tu descendencia será tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tus descendientes poseerán las ciudades de sus enemigos.

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